Los historiadores griegos y latinos, nos han dejado algunas noticias sobre las gentes que habitaban Menorca.
Grandes guerreros, impidieron durante siglos que otros pueblos pudieran invadirlos.
Los romanos recuerdan con terror la ferocidad de los honderos menorquines, que con sus hondas eran capaces de lanzar piedras que rompían los cascos de los buques y los hacían naufragar.
Hechas las paces con los romanos, los menorquines fueron contratados para sus ejercitos, y encuadrados en unidades de élite.
En una época en que las armas tenían corto alcance, los proyectiles de plomo lanzados por los honderos baleares causaban estragos entre las tropas enemigas, e impedían que se acercaran para atacar.
Los arqueólogos que revisan con un detector de metales los terrenos en dónde se celebraron las batallas de la Antigüedad, encuentran con frecuencia las balas de plomo lanzadas por los honderos menorquines.
